Fecha 9 Clausura 08
LANUS 0 - RIVER 1

Un señor puntero
El Millo se sacó de encima una parada brava, nada menos que ante el actual campeón y de visitante. Así quedó arriba en el Clausura y todavía pelea en la Copa. Buonanotte, con una definición cruzada, marcó el único gol. Carrizo volvió a ser decisivo: le atajó un penal a Sand, en el momento más caliente del partido. 


 

La previa prometía un buen partido en el Sur. Lanús, último campeón del fútbol argentino, recibía a River, líder del Clausura. Ambos llegaban a esta novena fecha con la cabeza, en algún punto, puesta también en la Copa Libertadores, en la que intentan meterse en los octavos de final. El equipo de Simeone, quien volvía a poner desde el arranque a Cabral, Ahumada, Augusto Fernández y Buonanotte, venía de caer en México ante el América. Entre semana, el Granate había empatado con Estudiantes, también por el torneo continental. El técnico local repetía los once.

En el comienzo fue Lanús el que tuvo la iniciativa. Con sus líneas bien adelantadas y mucha presión en el medio, intentó acorralar contra su arco a un rival que salió a jugar con cierta cautela. Apenas habían pasado dos minutos, cuando Valeri metió una pelota cruzada desde la izquierda y Sand estuvo a punto de cabecear. La respuesta visitante llegó cerca del cuarto de hora. Falcao no pudo conectar un centro bajo, chocó con Bossio y el rebote le quedó a Buonanotte, quien definió mal y la bola dio en uno de los defensores que había caído en la acción anterior.

Con el pasar del tiempo, el trámite empezó a marcarse por la fricción, la lucha y la escasez de espacios. Aunque tampoco abundaban las ideas ni mucho menos. Dentro de este panorama, River tuvo una chance clara cuando promediaba la etapa inicial. Falcao encaró por el medio, cerca de la medialuna del área. Por la derecha estaba el chileno Sánchez, solo. Pero el colombiano prefirió darle al arco. Por arriba. A los treinta, producto del calor, el árbitro Pezzotta detuvo el juego para que los futbolistas se refresquen.

Hacia el descanso, los dos contaron con una buena ocasión para romper un cero que, lentamente, se fortalecía cada vez más. Bossio respondió muy bien sobre su palo derecho ante un tiro libre de Abelairas. Y enseguida, Sand tuvo una inmejorable. Quedó habilitado y sin marca tras un envío al área, pero cabeceó muy mal y la pelota salió alta. De cara a la segunda parte, la consigna era compartida: afilar la puntería de tres cuartos de cancha hacia adelante.

Lanús salió a jugar el complemento con los tapones de punta. Y a base de empuje, puso a River contra las cuerdas durante los primeros diez o doce minutos iniciales. Fritzler cabeceó a la salida de un tiro de esquina de Valeri, por arriba. En otra, Blanco asistió muy bien a Acosta por izquierda y éste definió de zurda, aunque sin potencia. Carrizo controló sin problemas.

Tardaron en reaccionar los dirigidos por Simeone. Lo hicieron cerca de los quince. Augusto Fernández avisó con un derechazo bajo, que salió desviado, luego de un gran pase de Buonanotte. El chiquitín estaba inspirado y era quien llevaba mayores complicaciones a la defensa local. Y justamente fue su presión la que, en una jugada que parecía perdida, encontró a Falcao. El goleador giró y le dio de zurda. Desvío y al corner.

La notoria mejoría de River tuvo sus frutos a los veintitrés. Buonanotte, el mejor de la cancha en ese momento, recibió de espaldas al arco a unos metros del área, giró y se fue. Encaró a Bossio, se recostó apenas sobre su izquierda y resolvió con categoría. Toque cruzado ante el arquero y a festejar. El equipo del Cholo conseguía un triunfo enorme en un partido durísimo y se afirmaba arriba.

Con la ventaja, Simeone metió mano. Entraron Abreu por Falcao y Ponzio por Ahumada. Y Lanús fue con todo a buscar el empate. Sobre todo, por arriba. Bombardeó de centros el área millonaria y en uno de esos tantos intentos, a trece del final, encontró su gran oportunidad. Villagra agarró a Sand y Pezzotta no dudó. Penal. Cabrero, casi a los gritos, dio la orden de que Pepe se hiciera cargo, pese a que el delantero había fallado uno ante Estudiantes, el miércoles por la Copa. El goleador se paró frente a la pelota, tomó distancia y metió el sablazo, apenas levantado del piso. Pintaba bien. Pero bajo los tres palos estaba Carrizo, ese Santo que tiene River. El número 29 se agigantó por enésima vez, voló sobre su derecha y tapó el remate. Brillante, para mantener el cero en su arco en un momento clave.

Y esto, lógicamente, golpeó en el ánimo granate. El conjunto de Cabrero fue a la carga por todos los medios, con muchísimo amor propio y más voluntad que ingenio. Pudo haber empatado, pero también estuvo cerca de perderlo por más. Porque en cada contra, con el vértigo de Alexis Sánchez y Buonanotte, la visita inquietaba a una defensa que, jugada, estaba desarmada. El uno a cero quedó sellado después de los cuatro minutos de descuento y Simeone estalló. El técnico frunció el ceño, apretó los puños y miró hacia donde estaban sus hinchas. El grito se escuchó hasta Núñez. River sumó tres puntos trascendentales y se consolida en lo más alto de la tabla. 

GIMNASIA (LP) 4 - OLIMPO 2

Para el infarto

 

El empate no les servía a ninguno de los dos. Tanto Gimnasia (LP) como Olimpo sabían que debían salir a enfrentar el partido en el Ciudad de La Plata con la victoria entre ceja y ceja. Así, todo estaba dado para que se armara un partido con muchas emociones, sin demasiados recaudos defensivos y con mayor ambición en ataque.

Y fue así nomás. El local arrancó mejor con la inquietante presencia de Alonso y los destellos de Piatti en la conducción. El equipo bahiense, en tanto, tardó en afirmarse en la cancha y le costó encontrar los caminos al arco de Kletnicki. Sin embargo, el trámite de a poco se fue equilibrando a partir de la inteligencia de Angel Morales para aprovechar los contraataques visitantes.

Pero a los 35', el uruguayo Alonso se sacó toda la bronca y, con un cabezazo letal, venció a Ramírez. 1-0 y tranquilidad para Sanguinetti y compañía.

Olimpo acusó el golpe y fue con todo en busca de la igualdad. Enseguida Matute se durmió y perdió lo que era el 1-1. Cuando parecía que el Lobo se iba al descanso arriba, Ulloa -entró por Lujambio- venció a Kletnicki y le dio aire a Saporitti.

Ya en el segundo tiempo, Gimnasia (LP) tuvo la gran chance de volver a ponerse arriba, a los 8', cuando derribaron a Alonso dentro del área y Bassi sancionó penal. Pero el uruguayo perdió en el duelo con Ramírez, quien mandó el disparo del delantero por arriba del travesaño.
El uruguayo no bajó los brazos y fue por más. Y cuando promediaba la segunda parte volvió a ganar de cabeza y otra vez el Lobo se puso arriba. A partir de ahí nació lo mejor del local, que borró de la cancha a un Olimpo desconcertado, que encima se quedó con uno menos por la expulsión de Ulloa.

Se esfumaba el partido y Gimnasia (LP) iba camino a la victoria. Tres minutos y lo que pudiera adicionar Bassi quedaba de juego cuando cayó un centro en el área local y Domínguez le cometió un infantil penal a Tavio. Barrado no falló y el 2-2 cayó como un baldazo de agua fría para el Lobo.

Con mucho amor propio, los de Sanguinetti siguieron yendo y tuvieron premio: centro de Piergüidi que despejó con dificultad la defensa de Olimpo y Domínguez fue en busca del rebote. El lateral se acomodó y le pegó un fierrazo tremendo que dejó sin mucho que hacer a Ramírez. El 3-2 hizo explotar el Ciudad de La Plata.

El gol de Salvatierra, tras una larga corrida de Piergüidi no hizo más que decorar el resultado y permitirle al Lobo dejar de sufrir. Ahora, con su goleador afilado, el equipo platense intentará prolongar este camino y construir un futuro con menos pálidas. En cambio, para el conjunto bahiense el futuro aparece negro y el descenso acecha cada vez más.

ARGENTINOS 1 – GIMNASIA J 1
Cambio de figuritas

Parecía que los locales tenían todo bajo control, después del gol de Hauche. Error, porque los jujeños fueron para adelante y tuvieron su merecido premio. A Luna le quedó un tiro libre y la colgó en un ángulo.

 

La pelea por no descender está vibrante. Cada partido es clave y vale más que tres puntos. Por eso, el choque entre Argentinos y Gimnasia de Jujuy tenían un duelo vital en La Paternal. El equipo de Gorosito se hace muy fuerte como local y en la cabeza solo cabía una victoria. En tanto, el Lobo necesitaba sumar también de a tres para salir de la zona de descenso directo.

El arranque fue a todo vapor y el Bicho tuvo la primera opción de anotar con un remate de Peñalba, luego de un rebote en el área. Con el paso de los minutos, los jujeños empezaron a dominar y controlaban las acciones del partido. Primero Miramontes le pegó de lejos y Torrico no tuvo inconvenientes para salvar. Después probó Carranza, tras un centro atrás desde la izquierda. En el final de la etapa inicial, Argentinos respondió y otra vez Peñalba estuvo cerca pero Nereo Fernández cerró el arco.

En el complemento, Gorosito mandó a la cancha a Delorte por Abán. Con el Flaco como referencia ofensiva, cambió la cara de los de La Paternal. Y a los 18, cuando todo parecía que iba a terminar en cero, apareció una contra espectacular de Argentinos para abrir el marcador. Torrico cortó un centro y buscó largo a Delorte. El ex Olimpo se la bajó con la cabeza a Hauche, y el delantero definió ante la salida de Fernández, tras una floja respuesta defensiva. Con el 1-0, el Bicho trató de cerrarle los caminos a los jujeños.

Los dirigidos por Omar Labruna no conseguían llegar con peligro al arco rival. Pero a los 28 minutos, una falta a metros del área cambió la historia. Jorge Luna metió un derechazo brillante al ángulo y logró el 1-1. A partir de ahí, empezaron a intercambiar acciones de riesgo. Peñalba seguía siendo el más peligroso de los locales, mientras que entre Luna y Carranza complicaban a los de Gorosito. A siete del final, la pelota le quedó a Scotti en el área chica y la tiró por arriba del travesaño.

El empate dejó un sabor a poco para los dos, aunque por como se dio el encuentro el punto vale y mucho para Gimnasia. Argentinos continúa con cierta tranquilidad con el promedio, mientras que los jujeños permanecen en zona de descenso directo.

TIGRE 1 – SAN LORENZO 5
Matador es el cuervo
El conjunto de Ramón fue a Victoria y goleó al sorprendente equipo de Cagna en su propio estadio. Menseguez, la gran figura, hizo tres y generó el penal que luego iba a convertir Aureliano Torres. El quinto fue de Bilos y la fiesta del Ciclón, que lleva cinco victorias seguidas en este Clausura. Encima quedó a seis de la punta, con un partido menos. Descontó Matías Giménez 

 

Para seguir en la pelea por el título, había que ganar. No quedaba otra. Porque Tigre, acostumbrado a salir bien parado en las difíciles, necesitaba el triunfo para recibirse de candidato. En tanto, San Lorenzo, con la cabeza en la Copa Libertadores, también soñaba con luchar por el Clausura y hacía números (tiene pendiente el encuentro ante Vélez). Iba por su quinta victoria al hilo en el ámbito local.

Toda la previa quedó en el olvido rápidamente. Exactamente a los 3 minutos, cuando Menseguez (jugó de punta con Silvera) recibió la pelota en la puerta del área y la acomodó arriba, en un ángulo, ante la estéril volada de Islas. Golazo. Allí no terminó su show. Porque siete minutos después, el ex River volvió a facturar: tras un error de Blengio, la colocó de cachetada en un rincón. El Ciclón se ponía 2-0, casi sin proponérselo. Ganaba gracias a su contundencia frente a un rival que, colectivamente, era más.

El equipo de Cagna salió a achicar la diferencia con los argumentos de siempre. Orden y presión de los volantes, y movilidad de sus atacantes. Galmarini casi descuenta, pero su remate pasó cerca del palo de Orión. Ayala lo tuvo de cabeza, pero la pelota se perdió por sobre el travesaño. A los 29, por fin, llegó el gol. Centro desde la derecha que Altobelli cabeceó al palo. Matías Giménez con un toque de zurda acortó distancias. El resultado se ajustaba más a lo que pasaba en la cancha.

Creció el juego del local. Altobelli las peleaba todas, Román Martínez estaba en todas partes, y la defensa de San Lorenzo la pasaba mal. Hasta que apareció en acción, una vez más, Menseguez. El delantero recibió un codazo de Galmarini, quien tenía la pelota. Furchi no dudó: penal y roja para el jugador del Matador. Aurealiano Torres se hizo cargo de la pena máxima y la puso abajo.

El arranque del complemento fue un calco del inicio del partido. Menseguez aprovechó una falla de Leyes y definió con simpleza ante la salida de Islas. San Lorenzo pegaba en los momentos justos, ante un Tigre que cometía errores increíbles en el fondo. Luego, Bilos fue el encargado de estirar las cifras. El volante, que recibió muy libre por la izquierda, quedó mano a mano con el arquero y tocó a la red.

Tigre buscó y buscó, pero siempre se encontró con un Orión muy seguro. El Ciclón reguló y el partido le quedó muy cómodo. Entró D'Alessandro para manejar la pelota y Menseguez continuó haciendo de las suyas. San Lorenzo sumó tres puntos muy valiosos. Porque obtuvo su quinto triunfo en serie. Porque de los últimos siete partidos se retiró ganador en seis. Porque esta tarde en Victoria recuperó a Menseguez. Porque, lentamente, el equipo va encontrando la identidad que Ramón quiere para dar el golpe.


INDEPENDIENTE 1 - COLON 3

Golpe a una ciudad

El Sabalero del Turco Mohamed amargó a toda Avellaneda de un saque. Le ganó al Rojo en el Cilindro con goles de Chitzoff, Romero y Gandín, y le pisa los talones a Racing en la tabla de los promedios. Denis descontó para el equipo de Santoro. 

 
FESTEJO. Los jugadores de Colón se acercan a su público para celebrar.
 

La ciudad de Avellaneda no está pasando por un buen momento. Futbolísticamente hablando, por lo menos, sufre más de lo que festeja. Lo vive La Academia y de a poco se le pega en la piel a Independiente. Hoy, el equipo de Pepé Santero cayó 3-1 en esa ciudad ante Colón de Santa Fe y una nueva ola de silbidos invadió a los jugadores.

El primer gol del partido llegó por intermedio de Chitzoff. El defensor capturó un rebote dentro del área grande y clavó el balón junto al ángulo superior derecho de Fabián Assmann, que nada pudo hacer para evitar el tanto.

Cuando Independiente salió a buscar el empate empujado por los insultos y la disconformidad de su público, Colón aumentó mediante una réplica. El conjunto rojinegro manejó el esférico con inteligencia, velocidad y precisión y al ver el espacio propicio Romero disparó desde fuera del área grande y acertó junto a la base del poste derecho. A partir de entonces Colón se dedicó a esperar a su rival y especular.

En Independiente el punto de referencia siguió siendo el Rolfi Montenegro. A su vez, el juvenil Patricio Rodríguez se movió correctamente como enganche, pero el conjunto no aprovechó las bandas y se volvió previsible.

El 2-0 fue tal vez fue demasiado para el primer capítulo, pero tuvo que ver con la diferencia anímica entre uno y otro conjunto. Ni bien comenzó la segunda parte Colón se aseguró la victoria por la rápida conquista de Gandín, quien recogió sin inconvenientes una pelota que se escapó casi inexplicablemente de las manos de Assmann.

Miguel Angel Santoro se la jugó con cambios ofensivos en procura del milagro, pero la formación de Mohamed soportó la situación sin mayores dificultades. Finalmente, de tanto intentar, Independiente descontó por intermedio del Tanque Denis desde un posición prohibida que no advirtió el juez.

Con este resultado Colón salió de la zona de descenso directo, en la que están sumergidos Gimnasia y Esgrima de Jujuy y Olimpo. Pero no sólo eso, sino que también alcanzó en cantidad de puntos a Racing, con quien ahora comparte puestos de Promoción.
 
BOCA  1 – BANFIELD 1

``Puntos que duelen´´ 

Los de Ischia otra vez no pudieron cerrar un partido que, en los papeles, era ganable. Quedaron abajo en el primer tiempo, después de una precisa definición de Civelli. A partir de ahí, la presión fue intensa y empató Palermo, con mucho partido todavía por delante. Pero, más allá de los merecimientos, faltó puntería para poder darlo vuelta en La Bombonera.

ARRIBA. Palermo salta a cabecear junto a Devaca.
 

Boca adelantaba su partido ante Banfield por la novena del Clausura para viajar mañana a México, donde el martes visitará a Atlas por la Libertadores. Un triunfo dejaba al Xeneize en lo más alto de la tabla, mientras que el visitante, con Miguel Jerez como técnico interino -seguiría en el cargo-, buscaba ganar para encontrar regularidad y escalar en las posiciones. Ischia aprovechaba la ocasión para darles una oportunidad a varios jugadores que habitualmente no son titulares. Volvía Alvaro González como lateral derecho y aparecían desde el arranque Chávez, Cardozo, Boselli y Castromán.

La primera parte se jugó en cámara lenta. Y en ese partido tibio, quedado y hasta aburrido, el Taladro se puso en ventaja y enmudeció a propios y extraños en La Bombonera. Civelli recibió en el área y resolvió ante Caranta con un zurdazo tan mordido como eficaz. Los dirigidos por Jerez supieron defender la diferencia parcial hasta el descanso sin pasar sobresaltos.

En Boca era muy notoria la falta del enganche. Con Riquelme fuera de los convocados y Gracián en el banco, la presencia ofensiva que suponían Boselli, Palermo y Castromán en cancha no era tal. La única en esa etapa inicial la tuvo el Loco, con un disparo que picó en el piso y salió por arriba del arco de Lucchetti, muy cerca.

Ischia entendió la escasa conexión que existía entre el mediocampo y los delanteros. Por eso, para jugar el complemento, mandó a la cancha a Gracián en lugar de Castromán. Además, hizo ingresar a Battaglia por Vargas, en busca del equilibrio que necesitaba para soñar con torcer la historia. Y así, con más empuje que fútbol, logró una leve y gradual mejoría que lo llevó a crear situaciones como para llevar la paridad que reflejaba el desarrollo al resultado.

Finalmente llegó el empate. El Tano Gracián armó una linda jugada por izquierda, Alvaro González mandó un buen centro pasado desde la derecha y Palermo, con su estirpe de goleador interminable, metió un gran cabezazo bombeado que se coló por sobre el cuerpo de un Lucchetti que quedó inmóvil. Todo estaba como al principio.

En lo que restó por jugarse, Boca fue por todos los medios, a veces con los ojos vendados, a buscar la victoria. Y dispuso de más de una ocasión para conseguir su objetivo, pero no tuvo precisión en los últimos metros y chocó con una defensa ordenada. El Xeneize debió conformarse con un empate que, lógicamente, le sirve poco y nada. Para Banfield, un negocio. Y para River, también.

CENTRAL 0 - NEWELL'S 1

Rosario tiene Lepra

El equipo de Caruso Lombardi fue más inteligente que un tibio Canalla y sus hinchas armaron una fiesta en Arroyito. El paraguayo Salcedo, sobre el final del primer tiempo, anotó el único gol del partido, con el que la visita le sacó cuatro puntos a su rival de toda la vida en la tabla de los promedios. El local buscó por todos lados pero chocó siempre con una defensa de acero. El clásico es todo rojinegro.

 

 

Juegan Central y Newell's en el Gigante de Arroyito. La ciudad se paraliza. Durante casi dos horas, se para el mundo para ellos. Tras una semana de mucho misterio, con técnicos que optaron por hacer las prácticas a puertas cerradas, les llegó la hora de la verdad. Con el pasado, el presente y, más que nunca, con el futuro sobre sus espaldas. Sí, la Promoción, ese fantasma que acecha los mira de reojo. En el fútbol, se sabe, no hay misterios. Por eso salieron con todo a disputar cada pelota a cara de perro.

Pitó Baldassi y en la cancha no se vieron sorpresas tácticas. Esquemas similares: 4-4-2. Dos puntas por bando y a jugar. Aunque durante diez minutos mostraron poquito, como suele suceder en los clásicos. Mucho estudio. Mucho miedo. Recién a los doce llegó la primera de peligro, y fue para los visitantes. El paraguayo Salcedo entró por el medio del área pero se encontró con la seguridad de Alvarez, quien mandó la pelota al córner. La acción dejó una sentencia: había fallas en el fondo del equipo de Madelón.

Lentamente, pero sin brillar, los de Caruso se hicieron fuertes en el mediocampo. Porque Vangioni, Bernardello y Cabrera, tenían más determinación para pasar la pelota que los volantes locales. El Kily González era puro entusiasmo, Papa un torbellino que hacía una bien y otra mal, y arriba la dupla Arzuaga-Zelaya eran absorbidos por el sólido trabajo de Schiavi y de Spolli.

Dentro de la paridad, Newell's se insinuaba más peligroso. Salcedo casi grita el primer tras un tiro de esquina. Pero el cabezazo del paraguayo fue contenido abajo por Alvarez. Atrás, Central ofrecía ventajas porque sus centrales dudaban ante cada centro. ¿El partido? Un bodrio. Los dos jugaban lejos de los arcos. El local sólo llegaba con remates de media distancia (el Kily fue el que más probó) que no comprometían a Villar, quien pasaba una tarde bastante tranquila.

Cuando se moría el primer tiempo, llegó la apertura del marcador. El partido estaba en un pozo. Y llegó el gol visitante. Un golazo por la definición. Salcedo aprovechó la duda de Fassi, el error de Raldes y metió un derechazo infernal que se metió junto al palo del arquero. ¿Justo? En los clásicos es a palabra no se menciona. Pero sí es cierto que el equipo de Caruso era más firme. Herido, Central fue por la igualdad, y casi la consigue en la última del PT: Villar se jugó la vida ante Zelaya, en la que fue la mejor del local.

En el reinicio, Madelón apostó por Tomás Costa, un volante con técnica, por el juvenil Valentín, un lateral derecho. La idea era una sola: ganar más metros y manejar más la pelota. Sin embargo, Central no cambió. Y Newell's tampoco: mantuvo el orden y le agregó el contragolpe. En uno de ellos, Da Silva combinó con Salcedo y éste remató desde la puerta del área. La pelota se fue cerca. El técnico del Canalla volvió a meter mano en el equipo a los 20: Messera por Imperiale, una variante bien ofensiva.

En la recta final, el partido entró en el estado de desesperación. Porque Central, sin ideas, fue por el empate. A puro centro, pero Schiavi, Spolli y Ré sacaron todo. La Lepra pudo anotar el segundo tras una excelente maniobra individual de Nico Cabrera que pasó cerquita del poste. También Ferreyra (ingresó por Salcedo) tuvo el segundo, pero su disparo murió mansito en las manos de Alvarez.

Con el pitazo de Baldassi llegó la alegría de los hinchas leprosos. Es que su equipo ganó con justicia el clásico rosarino gracias a su oficio y a su contundencia. La Promoción está cada vez más lejos y, encima, el triunfo dejó comprometido a su rival de siempre: le sacó cuatro puntos. Sí, en Rosario la alegría es toda de Newell's.

 

 

ARSENAL 0 - ESTUDIANTES 0

Sabor a poco

El Pincha, que fue un poco más que su rival, no pudo subirse a la punta del Clausura. Sensini metió toda la carne en el asador pero a su equipo falló en la definición en Sarandí. Los locales sumaron su quinto partido sin triunfos.

 

 

 

 

A la caza por la punta. Estudiantes espera por los puntos del partido con Racing, que lo coloca como el virtual líder del Clausura. Sin embargo los números oficiales indicaban que en la cima de la tabla se encontraba River, y por debajo el Pincha y Boca, que también jugaba en la jornada de sábado ante Banfield. Pero no iba a ser simple para los de Sensini validar su condición de punteros. Debía visitar a Arsenal, herido por la eliminación en la Copa y por tres derrotas consecutivas en el campeonato.

Se notó de entrada la sed de Estudiantes por ir a buscar los tres puntos. El mensaje que baja Sensini es ambicioso y los jugadores acatan a la perfección, por eso marcha a los octavos de la Libertadores sin problemas y pelea el campeonato a la vez. A los 20 segundos tuvo la primera situación con un cabezazo de Galván que Cuenca envió al tiro de esquina. Y de ese centro, Desábato no llegó a definir.

Respondió Arsenal con alguna que otra contra. Se afirmó Pellerano en el medio, también Casteglione. Lo mismo pasó con Carrera por derecha y Yacuzzi en la izquierda. Pero la defensa seguía desordenada. Mosquera no encontraba la marca de los movedizos Maggiolo y Lugüercio, y Matellán, con muchos huecos por cubrir, llegaba tarde a los cierres. A los 12, Enzo Pérez escapó por derecha y llegó a estar de cara a Cuenca. Su remate de derecha llevó buena potencia, pero el arquero supo tapar con los pies.

Un minuto más tarde volvió a llegar con peligro el Pincha. El Chino Benítez capturó un rebote sobre la izquierda y fabricó la segunda jugada tras un centro al área. Habilitó a Moreno y Fabianesi que picó habilitado mientras la defensa local salía. El centro del volante no fue bueno y Cuenca dominó sin problemas. El local tenía la posesión del balón en pocas ocasiones y le era muy difícil llegar al arco rival. Pero el visitante tampoco supo plasmar en el resultado las jugadas de peligro que gestó.

La más clara fue a los 20, Galván aguantó la pelota en el área, giró y envió un centro de rastrón, pero sin un receptor claro. Maggiolo entró por el segundo palo se esforzó para tocarla, aunque Cuenca se lució y evitó el gol con un manotazo. Estudiantes se fue al vestuario tranquilo porque jugaba mejor, pero preocupado porque no podía ponerse en ventaja.

El mejor jugador de Arsenal tuvo que salir en el entretiempo. Cuenca, con una molestia, le dejó su lugar en el arco a Orcellet. Pero el suplente supo cubrir los tres palos tan bien como el titular. Se dividió en dos el complemento. El Papu Gómez comenzaba a complicar por la derecha. Es que el local recuperó la pelota gracias al buen trabajo de Pellerano ya que Braña, un pulpo en los 45 iniciales, se apagó.

Se sucedieron las jugadas de peligro. En la primera parte fueron para Arsenal. A los 11 lo tuvo Calderón, pero desvió su remate de derecha por encima del travesaño. Después desbordó el Papu por derecha, envió el centro y Andújar anticipó bien. Otra vez Gómez, a los 14, la picó para la entrada de Yacuzzi en diagonal, pero el arquero de Estudiantes leyó bien la jugada y rechazó con un puñetazo.

Ante el quedo de su equipo, Sensini se cansó y metió mano. A la cancha Piatti por Enzo Pérez, pero Alfaro también buscó cambiar y darle aire al ataque con Leguizamón que ingresó en el lugar de Carrera. A los 20, una clarita para el local. ¡Mosquera!, apareció como nueve y quedó mano a mano. Intentó gambetear a Andújar, pero se fue le fue larga y la pelota terminó en el saque de arco. Chances de gol había, pero nadie las concretaba.

Después llegó el tiempo de Estudiantes. A los 24, Benítez envió un tiro libre frontal al área que se desvió y tapó bien Orcellet. A los 30, Moreno y Fabianesi habilitó con un centro pasado a Galván que cruzó el cabezazo. Por detrás apareció Maggiolo, pero Orcellet y Matellán se encargaron de evitar el gol. Boquita fue por la victoria y puso a Bogado en reemplazo de Lugüercio. El paraguayo se movió bien en el ataque y abrió a la defensa del Arse. A los 39, Alayes ganó de cabeza tras un tiro de esquina, Maggiolo la desvió de taco y Orcellet se encontró con el balón. A los 40, Bogado aguantó sobre la derecha y le puso la pelota en la cabeza a Lechuga que cabeceó apenas afuera.

El final del partido llegó con el resultado en cero. Fue un concierto de errores a la hora de definir, una buena labor de los tres arqueros que estuvieron en la cancha y la falta de decisión de los atacantes para mandarla a guardar. En fin, terminó 0-0 y Estudiantes no pudo colgarse de la cima del Clausura. Aunque sigue siendo el virtual puntero. Los de Alfaro pudieron cortar una racha negra de tres derrotas consecutivas, aunque no pudieron quebrar la otra seguidilla, la que dice que hace cinco que no gana.

 

 


SAN MARTIN (SJ) 2 – HURACAN 0

Zafar es posible

El equipo de Quiroz logró un gran triunfo en San Juan a base de defender  y tratar de meter un gol de contra y salió de la zona de descenso directo. Pacheco y Bravo anotaron los goles, uno en cada tiempo. En tanto, Zarif y Guerra fueron expulsados en el Globo. Este resultado deja a Racing en Promoción.

 

San Martín de San Juan derrotó esta noche a Huracán por 2-0 en el Estadio Hilario Sánchez y con este resultado dejó la zona de Promoción, en la que, de momento, cayó Racing.

El gol de la victoria parcial lo marcó el volante Mario Pacheco, a los tres minutos del primer tiempo, y el decisivo lo consiguió Martín Bravo, poco antes del desenlace. Huracán terminó el partido con nueve jugadores por las expulsiones de Omar Zarif y Claudio Guerra.

 

Huracán jugo en todo el partido muchísimo mejor que los sanjuaninos, pero estos tuvieron suerte de concretar en las jugadas claves, cosa que el quemero no hizo. Huracán jugo siempre un futbol ofensivo, pero el arco de los sanjuaninos parecia embrujado y San Martin se llevo una victoria injusta.

Al Globito le echaron también al entrenador Claudio Ubeda. En tanto, la roja de Zarif fue por un codazo sobre Matías García y tanto Guerra como Ubeda se fueron a los vestuarios antes de tiempo por protestar airadamente tras la conquista de Bravo.

En realidad, en la acción inmediatamente previa a la conquista de Bravo hubo un penal sobre Matías De Federico que pasó inadvertido para el árbitro Néstor Pitana.

 

VELEZ 1 – RACING 1

Ni con Cristo puede

La Academia tenía todo para quedarse con su primera victoria en el Clausura, en Liniers. Pero los de Tocalli reaccionaron y terminaron iguales. Avalos anotó para los de Cristofanelli, interino, y Coria -luego expulsado- empató. También Yacob vio la roja. Los de Avellaneda están en zona de Promoción.

 

Espeso es el clima que atraviesa Racing. Uno más en la historia de un club enorme, marcado por el sufrimiento. La renuncia de Micó, la falta de sucesor, las declaraciones de Falcioni sobre Llop, un equipo sin victorias en el Clausura, último en la tabla de posiciones y más que apretado con los promedios. Así, La Academia se trasladó hasta Liniers para comenzar, de una vez por todas, con su remontada ante Vélez.

Claudio Cristofanelli, el entrenador de paso que tiene Racing, decidió plantar dos líneas de cuatro, con el regreso de Matías Sánchez como lateral derecho, Adrián Bastía en el medio y Maxi Moralez como un volante por izquierda suelto, siempre listo para generar situaciones de gol. Por el lado del local, Hugo Tocalli optó por un sistema similar, con dos puntas jóvenes como Cristaldo y Coria, más un enganche en Cabral, también con poco rodaje. Desde allí se puede empezar a entender la falta de jugadas claras que pudieran abrir el marcador en el primer tiempo.

El que más cerca estuvo fue Vélez, a los 3 Cristaldo desbordó por derecha y sacó el remate cruzado que se fue apenas afuera, ante la estirada estéril de Hilario Navarro. Pero fue Racing, a puro sacrificio, el que se adueñó del balón y dominó en el primer tiempo. Moralez se estacionó sobre la izquierda y desbordaba a Luciano Vella, pero poco a poco se fue apagando y careció de movilidad por lo que terminó estancado. A los 24, clavó un tiro libre bárbaro que pegó en el travesaño. Pero nada más.

Mucha fricción en el medio, y muchas faltas también. Maxi Bustos y Víctor Zapata raspaban con Yacob, Bastía y Bonet. Se jugaba poco al fútbol. Racing se repetía en centros para Sava que eran bien controlados por Uglessich, Pellerano y Bustamante. Mientras que Cabral y Escudero no pudieron asociarse casi nunca para abastecer a los pibes de arriba. Un primer tiempo aburrido que terminó sin goles y lleno de interrogantes para ambos.

Algo pasó en los vestuarios. Porque el partido fue otro en el complemento. A los 3, Coria estrelló un tiro libre de zurda en el palo de Hilario Navarro. Y a la jugada siguiente Erwin Avalos cabeceó por encima del travesaño, tras una buena jugada colectiva de Racing. Era otra la actitud.

Todo el desahogo, la mufa que parecía desvanecerse, el grito alocado en el banco de los suplentes y el rugido de la popular visitante hicieron creer que hoy era el día en el que Racing iba a obtener su primer triunfo en el campeonato. A los 12, Yacob habilitó con un pase magnífico a Sava. El Colorado la bajó de pecho en el área y tocó cruzado ante la salida de Montoya. Por el segundo palo y con el arco vacío, Avalos llegó a la carrera para pegarle con bronca hacia la red. El 1-0 fue una bocanada de aire inmensa para los jugadores de Racing que se abrazaban. Fue un quiebre, sin dudas, ahí los futbolistas se convencieron de que pueden salir del mal momento.

Pero pareció un espejismo. Una ilusión óptica. Tal vez haya sido por la necesidad de obtener los tres puntos que Racing decidió cuidar el resultado con uñas y dientes. O tal vez fueron los cambios de Tocalli que mandó a la cancha a Ocampo y a Sena, por Bustos y Vella. Lo cierto es que Vélez, con poco, llegó al empate. A los 26, Zapata sacó un bochazo bárbaro al pecho de Coria, de más de 50 metros. El delantero la bajó en el área por izquierda y tocó sutilmente de zurda ante la salida de Navarro a los pies. Mansita la pelota se metió en el arco de Racing para el 1-1.

Se congeló el partido con el empate. A los 34, Coria vio la roja, y cuando Cristofanelli mandaba al equipo en busca de la victoria aprovechando la superioridad numérica, Yacob también se fue expulsado. Jugó de contra Racing, también Vélez, aunque lo cierto es que en el final los dos se conformaron con el empate. No soportaba una derrota más Vélez (venía de caer ante River y Estudiantes), tampoco Racing. La Academia espera por Juan Manuel Llop para que lo saque de la zona caliente de Promoción.

 

 

 


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