Fecha 12 Clausura 08

SAN LORENZO 1 - BOCA 0: 

"Duele que nos hayan ganado con tan poco"

En una frase, el DT del Xeneize, repartió críticas para su equipo y para el rival. Igual se mostró optimista para la Copa...





SU GESTO LO DICE TODO. EL DT SE FUE BASTANTE 
FASTIDIOSO.
 

Estaba fastidioso Ischia. Se lo veía así en la cancha. Parado al borde de la línea, inquieto, tratando de contagiar alguna idea para revertir el rumbo del partido, protestando como todo Boca contra el polémico Laverni. Estaba fastidioso Ischia. Y se le notaba en el tono de voz. Hombre de gesto amable, no es que el DT haya abandonado ayer esa postura, sino que su bronca lo tenía así, lo llevó a un terreno más árido a la hora de responder algunas preguntas. Estaba fastidioso Ischia. Y no sólo por el resultado. "Lo que duele es que el rival nos haya ganado con tan poco", tiró. A buen entendedor...

En esa respuesta, el Pelado dibujó, primero, una dura autocrítica para los suyos, para la debilidad y la falta de ideas que mostró su equipo. Pero también se metió en territorio rival. "San Lorenzo tampoco jugó bien. Ellos aprovecharon una de las pocas que tuvieron, un pelotazo de cuarenta metros... Pero el partido fue mal jugado, trabado, enredado, luchado. Ninguno creó muchas situaciones de gol que digamos", desmereció para un lado y para el otro.

De hecho, Ischia contó tres chances concretas de cara al arco de Orión. Demasiado poco, por supuesto, más allá de que de haber convertido alguna... "Podíamos haber llegado al empate. Fue un mano a mano de Gracián, la pelota en el palo de Roncaglia y la última que tuvo Palacio", describió el entrenador.

Eso sí, el Pelado no alejó sus explicaciones de lo futbolístico. Y más allá de sus protestas a Laverni en la cancha, no las utilizó a la hora de su análisis. "No voy a decir que perdimos por el arbitraje. Cuando ganamos o perdemos lo hacemos nosotros", sostuvo. Se enojó ante la reiteración de preguntas: ¿"Dónde estuvo la falla? ¿Qué falla? No jugamos bien", respondió. Dijo no estar arrepentido de haber guardado algunos jugadores: "Los cambios ya están, con un triunfo o un resultado en contra". Aunque luego reconoció que le hubiera gustado dejar a Palermo en cancha, más allá de haber respetado la variante ya establecida de que él y Palacio jugaran un tiempo cada uno: "Yo a Martín lo quisiera tener siempre los 90 minutos. Pero no podía perderlo para otros partidos", se justificó.

Después, el DT mostró cintura para eludir la pregunta sobre si el superclásico definía el futuro en el torneo. "Faltan siete fechas. Y primero nos toca Cruzeiro", tiró. Y aprovechó el choque copero para dejar un mensaje optimista, como es su costumbre cuando la soga aprieta. "El miércoles vamos a ganar y a demostrar que no pasamos de casualidad como dijeron algunos. El equipo va a estar bien...".


ARSENAL 2 - SAN MARTIN (SJ) 1

Leguizamo solo

El Arse perdía contra San Martín, sumaba nueve juegos sin ganar y la popular les pegaba a los jugadores. Pero, con poquito, apareció Luciano y reescribió el cuento.

Luciano se dio el gusto: primer doblete en Arse. Huracán y Gimnasia J. lo padecieron.
 

Gritan los nenes de la popular... A los 6 minutos del segundo tiempo la tribuna de Arsenal les puso un alto a sus jugadores. El panorama lo pedía: ya eran nueve partidos sin ganar y el juego del equipo era el fiel reflejo del híbrido resultante de una Libertadores que lo encontró súbitamente eliminado de entrada y un Clausura ya sin objetivos primarios nada claros.

San Martín de San Juan, que sí tiene fines nítidos de permanencia, ganaba cómodo. Apostaba al pelotazo a Giménez (ganó siempre de arriba) con aspiraciones de encontrar a ese inquieto de Bravo, que a los 23' ratificó su condición de top scorer con una definición calibradísima, tras una asistencia encantadora de su colega de ataque.

En fin, Arsenal era apatía traslúcida (y hasta irritaba ver al Papu Gómez de doble cinco, tirándose al suelo, planteando un dilema más estético que moral). Pero fue ahí, en el carnaval de las puteadas, cuando empezó a intentar un poquito más. Sólo un poquito: tampoco se trató de una especie de revolución radical en el juego ni mucho menos. Pero, para lo que se veía, sobraba por demás. Y Leguizamón fue el abanderado de esa sutil levantada. A los 15' del complemento le cometieron el penal --qué inocencia, Plaza-- que también él mismo supo concretar.

A partir de ahí, el ámbito marcado se asentuó porque lo de los sanjuaninos fue en declive: se le agotaron las ideas, la bocha ya no les llegaba ni a Giménez ni a Bravo, y con el correr de los minutos terminó mirando con ojos seductores a un empate que en definitiva tampoco le servía demasiado para el promedio. Arsenal fue a la carga y lo ganó a los 40' con otra aparición eventual de Legui (recontra habilitado por De La Fuente) tras habilitación de Andrizzi. Y fue sólo eso, nomás. Como reza el tanguito. ¡Leguizamo solo! ¡Leguizamo al trote!

NEWELL'S 1 - GIMNASIA LP 0

Poné los Fideleff

El pibe de la Lepra forzó el gol y el equipo sigue firme. Quedó a seis de la punta, se alejó de la Promo, se prende en la Sudamericana y está invicto en el Parque.

En el gol hubo clara falta de Ignacio Fideleff (39) sobre Kletnicki, que desembocó en el gol en contra del arquero.
 

El paso a paso casi es un concepto de manual de todos los futbolistas. Y con ese croquis empezó Newell's. Con su pie derecho en la Promoción y con el izquierdo intentando escapar. Pero en el recorrido ganó en ambición, sumó puntos y, a partir de un técnico que parece tener algo más allá de su lengua, salió de todo. Y ahora, ya más tranquilo, sigue con ese paper del comienzo, pero con una realidad distinta. Con el esforzado triunfo ante Gimnasia (¡cuándo no un partido esforzado para Newell's!), se alejó de la Promoción, le pelea el lugar a Independiente para entrar a la Sudamericana (lo iguala en 48 puntos, tiene menos diferencia de gol y justo el sábado enfrenta al Rojo en el debut de Borghi), lucha también por meterles presión a Estudiantes y River (quedó a seis puntos) y, de postre, muestra un fortaleza poco común en su cancha. Desde que Caruso Lombardi asumió, no perdió ninguno de los 10 partidos que jugó en el Parque: ganó 7 y empató 3. Y en la temporada 07/08, NOB apenas cayó en el clásico contra Central que desembocó en la salida de Claudio Marini. Mucho a favor para sólo pensar en la tabla de abajo. La realidad devolvió al equipo a otra pelea, pero por la corona.

Ante un Gimnasia que venía de seis sin perder, Newell's le tiró de arranque la presión que implica tener un conjunto duro abajo, con variantes en el medio y potente arriba. Y así, a partir de un error de Beligoy pero como consecuencia de un jugada aérea, el 11 de Caruso consiguió el gol y los tres porotos. El pelotazo largo de Cabrera para las testas de Schiavi o Fideleff. El pibe llegó arriba con la mano izquierda más arriba todavía, se fue encima de Kletnicki, el árbitro no cobró la falta y a otra historia. Así, con un festejo a favor a los seis minutos, hubo manejo de pelota, control de la situación y campo para que Gimnasia intentara meter más en profundidad. Y esto no fue lo suyo. Por momentos, el visitante manejó bien la pelota, pero le faltó ese punch típico de un team que no tiene un goleador. De hecho, el Lobo es uno de equipos con menos goles a favor del Clausura. Una de Escobar, otra de Villar, y la última de Cuevas (en offside) no alcanzaron para merecer, al menos, un punto. Para destacar, otra vez la desfachatez del pibe Formica para saber qué hacer y cómo hacerlo.


RIVER 4 - ARGENTINOS 2

Ataqué al corazón

River ya tiene la identidad que quería Simeone. Es puntero porque cuenta con una disposición ofensiva única en la Argentina y con un arquero que te gana partidos.


CARAS FIERAS PARA UN ZURDAZO HERMOSO, EL DEL 1-0. SCOTTI, PEREIRA Y MERCIER LO SUFREN. FERRARI LO PALPITA. BUONANOTTE, EL DUEÑO DE ESTE GOLAZO, ES DESEQUILIBRIO EN ESTADO PURO.
 

Una de los primeros conceptos que Diego Simeone expuso apenas desembarcó en River, siempre en su cuidado y medido discurso público, fue que quería un equipo con identidad. Ya lo consiguió. Su River tiene identidad. Ahora bien, ¿qué es tener identidad? Básicamente, saber a qué juega un equipo. Y cualquier hincha de River ya sabe a qué juega su equipo.

River, por imposición e idea del Cholo, es vertical. La pausa parece mala palabra y la ubicación original de los jugadores lo evidencia. Sin un enganche definido y con tres bastiones listos para desequilibrar en el uno contra uno.

La madre de esta búsqueda conlleva un riesgo lógico y entonces, un córner a favor ganando 3-2 termina en un contragolpe de Argentinos de tres contra tres. O un supuesto control de pelota finaliza en un mano a mano de Hauche abortado por un manotazo del inmenso Carrizo. O algo que ya parece crónico: los espacios a los costados del volante central, ya sea Ponzio o Ahumada.

Nunca un plateísta de la San Martín le va a reprochar a un técnico una propuesta ofensiva. Por eso, por primera vez en este ciclo, ayer se escucharon aplausos genuinos a partir de simples búsquedas. O estallidos después de la tal vez mejor jugada colectiva con Simeone (la del 3-2) que tuvo todo lo que anhela el técnico: seis jugadores en posición de ataque, cambio de ritmo en un toque (Ortega), descarga entre líneas (Villagra), desborde y centro justo (Abelairas) y gol del 9 (no llegó Falcao pero sí Abreu).

Obviamente, para cualquier trabajo colectivo se necesitan individualidades y Buonanotte es central. El pibe, como tan bien dijo Alonso, lleva la marca de River. Es tan chiquito que complica la marca de todo grandote (Escudero y Scotti pueden dar fe). Abre defensas. Hace goles importantes. Y algo no menor: entra Ortega y lo busca siempre en una firme demostración de fe. El Enano es desequilibrio en estado puro y, así, hasta puede maquillar una irregular prestación del otro jugador con funciones similares: Alexis Sánchez.

Aunque en este momento, el que mejor interpreta la cabeza de Simeone es Abelairas. Su crecimiento ha sido notable. Su zurda mueve montañas en la corta y en la larga. Y es testimonial lo que puede la confianza en un futbolista. Cuando el pensado plan de Gorosito se erigía como infranqueable, el Pitu lo empezó a perforar.

River paraliza corazones en las dos áreas. Golea cuando lo acosa el empate. Está donde está porque tiene una disposición ofensiva única en el fútbol argentino y un arquero ganapartidos. Y a esos corazones, justo antes de 10 días aptos para cualquier cosa menos para cardíacos, se les hace agua la Boca.


RACING 0 - TIGRE 0

Promoción 2x1

¿Bassi jugó condicionado? Su gran error, el penal no cobrado y la amarilla a Maxi, perjudicó a Racing. La Acadé sigue en Promo. Y va con Central allá...

La prueba: Paparatto lo engancha a Moralez.
 

A las palabras se las lleva el viento... a veces. Otras, hay que agarrarlas para evitar que se vuelen, al menos hasta contrastarlas con la realidad, o sea este Racing 0 - Tigre 0.
Los dichos de Diego Cagna en la semana podrán ser evaluados como desleales o pícaros, depende cómo se los analice. Pero lo concreto es que le pusieron mucha pimienta a un duelo cargado de emotividad (todos lo que lo tengan a Racing peleando por zafar del descenso la tendrán) y apuntaron a Gustavo Bassi. Ajustando el foco al máximo, analizando del dicho al hecho, la conclusión es una: el árbitro, condicionado o no, tuvo una flojísima actuación y en sus errores terminó favoreciendo a Tigre.

En la larga lista de errores, hay que contar un penal no cobrado por bando. El tema es que en el foul de Paparatto a Moralez, a los 18' del primer tiempo, el que determina no sancionar el penal y, peor, decide amonestar a Maxi es el propio Bassi. En cambio, en la evidente mano dentro del área de Bastía (46' de la primera parte), es el asistente Adrián Rastelli quien embarra su acierto de haber hecho notar el hands del polaco marcándolo fuera del área. Por eso, el error doble de Bassi fue en perjuicio de los de Avellaneda. Promoción 2 x1.

Los penales no cobrados, las puteadas de los hinchas de Racing a Cagna y esa tensión que invadió el Cilindro y que generaba un estruendo de protestas ante cada caída o roce fueron los matices más evidentes de la tarde. Pero resultó un detalle la prueba más contundente de que Bassi no logró abstraerse de lo previo: lo deschavó (y traicionó) su inconsciente en una jugada cualunque a los 13 minutos de juego. Fue cuando Román Martínez, agachándose más de lo debido ante Yacob, cometió una falta que fue rápidamente pitada por el juez, aunque éste la marcó en favor de Tigre. Fue un segundo el que duró la incredulidad de los jugadores de Racing y que se extendió hasta que el pito se corrigió. Desde el palco de prensa no se notó si se había puesto colorado...
Otra prueba de que Bassi jugó condicionado es que después del error en la jugada del penal al Enano, compensó aumentando el umbral de tolerancia en la aplicación de tarjetas para los locales. Les perdonó dos amarillas a Bastía, una a Mercado y otra a Moralez (que hubiera sido expulsión ya que tenía la amarilla por la supuesta simulación). Igual Racing no tiene tiempo (ni promedio) para detenerse en lo de ayer... Debió tragar saliva y bancarse no ganar en casa o escuchar que los hinchas de Tigre, que hace tres años visitaban canchas de la B Metro, lo gastaran por su situación. Hoy debe prestarle atención a lo de San Martín contra Arsenal, porque los sanjuaninos, ganando, dejan a las dos Academias en Promoción. Y porque el domingo juega contra Central en Arroyito. Es una final. Y la chance de empezar, de una vez por todas, a desterrar esa palabra que empieza con P.

OLIMPO 2 - COLON 1

¡Al fin una Florit!

Bajo las órdenes del técnico interino, que seguirá hasta el final del torneo, Olimpo le ganó bien a Colón, rival directo, y reavivó el sueño de mantener la categoría. 

Yo estoy al derecho, dado vuelta estás vos... Como protesta las banderas lucieron al revés. Y Lujambio festejó...
 

Entre tanto pastizal quemado y promedio destrozado, Olimpo encontró una flor, con aroma de triunfo, que llegó cuando el aire se había tornado irrespirable en Bahía Blanca. Y, en rigor, la renovadora brisa llegó de la mano de la presencia en el banco, dado que el lugar que ocupó Gustavo Echaniz en la fecha pasada le quedó a Daniel Florit, de 49 años. Gracias a algunos retoques y cambios de cabeza, los bahienses se aferraron a la esperanza de zafar del descenso directo, superando a Colón, rival en esa lucha, que llegaba con una racha de cuatro partidos sin derrotas con Mohamed. ¡Al fin una Florit!

Estructuralmente, la victoria de Olimpo tiene que ver con una modificación posicional que puede haber sorprendido, pero que fue decisiva para que los bahienses consiguieran los tres puntos después de ocho fechas: Leandro González, espigado delantero, se paró sobre el costado derecho del mediocampo, para entorpecer a Chitzoff y asociarse con Matute Morales y Lujambio. El volante colonista poco pudo hacer, más que nada por soledad, y, para colmo, el duelo ya había sido desnivelado, justamente, por González: él cortó un pésimo pase de Goux y corrió para definir con chutazo tres dedos y abrir el marcador. Antes, había tenido otra chance de gol; luego, una vaselina suya besaría el travesaño. En el medio, quitó, jugó, e hizo jugar. Imparable. Y bien acompañado. Los tres delanteros de Colón fueron devorados por la reacomodada defensa de Olimpo, que mostró a un férreo Villavicencio en el lateral derecho, primero, y en la zaga, más tarde. Claro, Falcón nunca pudo asociarse con el tridente. Tampoco Encina, quien lo reemplazó. Con tranquilidad, Olimpo administró el juego y el omnipresente González encontró socio en Robles, quien, de buena madera, mordió y jugó, tanto que Aguilar fue expulsado por dos infracciones a él y Capurro vio la amarilla por bajarlo.

Con esa dupla y la preocupante presencia de Lujambio, a los muchachos de Florit les bastó para liquidar el pleito, aunque el descuento de Ramírez despertara los fantasmas. Ahora, el DT, que jugó en Olimpo con el padre de Rodrigo Palacio, intentará el milagro de la permanencia y ver si los hinchas vuelven a colgar las banderas al derecho. Al menos, ya nació una flor en el desierto.




VELEZ 3 - LANUS 2 

Para la tribuna

Vélez había comenzado como para seguir enojando a su gente, pero dio vuelta el resultado, y el humor de sus hinchas, con juego y actitud. Lanús no sale del fondo.

Comunión de pelados, Silva festeja con ganas su cabezazo goleador luego del centro exacto de Ríos. Fue en el 2-2.
 

No había acusaciones por presunto carácter de bolicheros, pero sí un murmullo creciente que amenazaba con hacerse audible hasta provocar sordera colectiva. En menos de un cuarto de hora, Vélez se veía obligado a quemar los papeles que Hugo Tocalli había preparado para generar sorpresa. La perplejidad, en realidad, era un patrimonio compartido: de los hinchas locales, que no entendían como Lanús metía dos plenos en un par de ataques, y del propio rival, que parecía incrédulo ante semejante eficacia.

No era cuestión de azar, más allá de que a Ramón Cabrero le salió bien la apuesta de meter a Nico Ramírez como volante por derecha en la búsqueda de que el pibe que una semana antes amargado a Racing no moderara su voracidad en ataque. Dos veces cortó camino, apareció casi como punta y celebró por duplicado, primero como autor material y luego como responsable intelectual (en el de Cano, le sirvió un pase limpio).

Más que por la prematura lesión de Bustamante, Tocalli se vio forzado a modificar el 3-3-2-2 por un dibujo con cuatro abajo, con Díaz y Lima como laterales, para evitar que Lanús siguiera progresando por los costados. También pretendió que Escudero, como enganche, explotara el espacio entre los centrales (zagueros y medios) de Lanús. Pero el pibe anda en otras coordenadas, con un radar imperfecto que le indica un quiebre cuando se sugiere un toque y un pase cuando se aconseja la resolución individual.

Si Escudero se hundió en una laguna de dimensiones oceánicas, Ríos navegó en crucero. Fue el Toti la primera explicación de la recuperación local, con una aparición inmediata al segundo gol visitante y otra en la frontera del primer tiempo. En las dos aplicó freno, la verónica del torero (González y Ramírez pasaron de largo en el amago) y despachó servicios de lujo: zurdazo al ángulo y derechazo-asistencia.

La predicción de victoria sin angustia para Vélez, fácil de emitir por las circunstancias desfavorables que atravesaba Lanús (al empate se agregaba la expulsión de Peralta), se frustró porque el Grana se acomodó con orden cerca de Bossio, en un repliegue al que los de Tocalli contribuyeron con un exceso de juego por el centro.

Noche de reivindicaciones, tenía que ser un tipo cuestionado como Lima, reincorporado a la nómina titular luego de su expulsión ante River (séptima fecha), el que consiguiera el último acierto en una recompensa a su insistencia en tomar los tiros libres.

El 3-2 amerita la celebración, sin obligación de hacerlo en pista de baile.




GIMNASIA (J) 1 - INDEPENDIENTE 2
Pepé pepepepe!!!


Santoro se despidió con la mejor música para los oídos: tres victorias al hilo, a 7 puntos del Pincha, las copas a tiro y aplausos de sus jugadores. ¡Flor de bombero!

 
Pepé, inflado de placer, le deja a Borghi, que asume el miércoles, un equipo con más confianza. Con 48 puntos en la temporada, ya todos sueñan con la Sudamericana...
 

¿Qué tendrá Pepé? Porque está claro que algo tiene, ¿no? Incendio que le tiran, incendio que apaga. De hecho, se comenta que Martín Losteau, fanático del Rojo, dejó de ser ministro de economía porque el gobierno no aceptó llamar a Santoro para sofocar la quema de pastizales. Con tres victorias al hilo (llegó a los 48 puntos en la temporada), Pepé deja a Independiente con la Sudamericana a punto del brindis. No es éste el lugar para discutir si el cambio es oportuno en este momento, pero es el deseo de Santoro y a un tipo que cumple una vez sí y otra también, nada se le puede negar. Ya tuvo la retribución de los hinchas la semana pasada, cuando en pleno partido con Banfield cantaron "para Santoro, la Selección". En Jujuy, la demostración de cariño fue de los mismos jugadores, quienes, en el túnel, con la victoria consumada, le dedicaron un aplauso que lo volvió a emocionar. Algo tiene Pepé. Fundamentalmente, simpleza. Sin rebusques, puso a cada uno a hacer lo que mejor sabe. Retocó el medio para darle más juego y liberó a Montenegro, tanto que lo deja como uno de los goleadores. Y si lo aplauden hasta los propios jugadores es que algo tiene. ¿Puede un técnico hacer a su equipo más contundente que su rival? No, pero puede darle confianza a su plantel para que defina sin inhibiciones. Porque, hoy, parece que todo lo que Independiente patea, entra. Pepé liberó tensiones y así el Rojo se acomoda en el segundo pelotón, a siete de Estudiantes, listo para aprovechar algún tropiezo y ¿quién te dice? Si en el torneo pasado festejaba a cuenta en la fecha 13... Tampoco, claro, hay que olvidarse de la siempre necesaria cuota de fortuna... Porque ese gol...Fue peor que un gol desde el vestuario. Ese tirito de Fredes que se desvió en Acuña fue una pesadilla del Lobo jujeño en la noche de concentración. Esta vez no es una frase hecha ésa de que los equipos todavía no se habían acomodado. Al menos, no Gimnasia. Ahí estaba el 0-1 y a remarla porque no hay tiempos para lamentos. Sí había tiempo para recomponerse e intentar empatar. Pero el Lobo no se relajó (en el buen sentido) jamás, como si se resignara a no poder sobreponerse de ese gol.
Independiente era lo opuesto: se movía en paz. Con Montenegro parándose en el lugar exacto para capturar una pelota tras otra y armar contraataque tras contraataque. Después de hacer su gol (preciso y precioso derechazo), se dedicó a asistir, pero la nochecita de Denis no tuvo nada que ver con la de un goleador. El descuento, en vez de darle alas al Lobo, le dio más ansiedad. Y así, las que podían tener olor a empate, no pasaron muy cerca de Assmann.
Ante la impotencia rival, Independiente terminó tranquilo. Pepé tuvo la despedida ganadora que se merecía y ahora a Borghi lo recibirá un grupo más confiado. Son los méritos de Santoro, que algunos tiene. En su honor, y en el de esta racha triunfal, se impone el Pepé pepepepe...




BANFIELD 4 - HURACAN 3

Tsunami de goles
Noche de infarto en el Sur: lo ganaba Huracán, lo dio vuelta Banfield, otra parda, hasta que Villarreal desniveló con el 3-2 y Barrales lo cocinó en un partidazo. 

Civelli intenta frenar al descolocado Villarreal, mientras Quinteros, Sanguinetti y Vergara se ríen. Festejá, Taladro.
 

Las peleas en las veredas de los boliches suelen ser así. Imagen nocturna, resacosa y repetida, casi siempre se ve a los dos pibes con los ojos cerrados, los puños venosos, al aire, buscando la cara rival sin técnica ni previsión, hasta que uno emboca al otro y este otro devuelve velozmente, y entonces empiezan a trenzarse, pecho contra pecho, ya sin la distancia inicial, cada vez más cansados, chocando en vez de luchando, esperando que alguno lance la mano definitiva, la final. Y la mano llega. Y llega, al menos anoche, cuando menos se la espera, cuando el púgil de Parque Patricios venía mejor plantado pero de repente se comió un derechazo bajo, muy fuerte, un roscazo de Villarreal que le regaló a Banfield un triunfo que ya sentía demasiado necesario, demasiado urgente.

El equipo de Ubeda se plantó en el Sola con sus armas de siempre: toque corto, criterioso, con un 1-0 que sorprendió hasta al mismo Huracán (grave error de Sanguinetti al querer salir jugando) y que hasta podría haber ampliado si Lucchetti no salía bárbaro ante Franzoia y le tapaba una clave. Se dice clave por el momento del encuentro, y clave porque Banfield entonces se despertó, se enojó, se lo devoró psicológicamente a su rival. Villarreal rompió el doble cinco parándose algunos metros adelante de Quinteros, casi de diez, y fue el único que supo llevar la pelota en un equipo que relució su coraje. Corajeada la de Villarreal, por ejemplo, en el 1-1 (se la robó a Arano), e insistencia en Pavlovich, quien un minuto después de comerse un mano a mano la clavó al ángulo. ¿Fútbol fantasía? No: tesón, hambre, ganas...

Pero Huracán insistió con lo suyo. Andá a saber lo que Ubeda les dijo a los suyos en el entretiempo, porque el conjunto de Patricios salió al complemento con su facón reluciente. Banfield se recostó demasiado atrás, siguió pagando en el juego aéreo y entre Poggi, que levantó muchísimo, un Nieto que jugó muy bien de espaldas al arco, y un Barrientos que manejó la bocha como Villarreal ya lo había hecho, Huracán lo empató con justicia y hasta mereció haberse puesto 3-2. Sin embargo, Lucchetti, otra vez enorme Lucchetti para abortarle un derechazo a Barrientos, otro a Poggi, y entonces luego ya vino el manotazo escrito, el del Negro, el final.

Banfield, a fin de cuentas, gritó cuatro tantos sin Cvitanich, continúa siendo el equipo más goleador del torneo (22), pero también el más goleado (23), y por eso ahí anda, finalmente gris, tropezando y levantándose, por la mitad de la tabla. Pero eso sí: qué piña que metió anoche.


ESTUDIANTES 3 - CENTRAL 1
Lo clavo arriba

Juan Manuel Salgueiro quiso tirar un centro pero la puso en un ángulo. Después, Estudiantes pasó por arriba a Central y se va para Quito como líder del Clausura.

 
Sín querer queriendo, ahí la puso Salgueiro.
 

Cuánto valdrá el triunfo de anoche para Estudiantes? No cuánto vale hoy, porque la respuesta es simple (tres puntos, la punta y a viajar tranquilo a Ecuador), sino qué valor tendrá cuando coseche lo que sembró. A siete fechas del final, el equipo de Sensini emprende un largo viaje a Quito para jugar octavos con la insospechada seguridad de que peleará el título de cabotaje.

Para encontrar los méritos vale el repaso por las ausencias: Verón, líder carismático y del juego; Benítez, segunda guitarra pero primera en ausencia de la Bruja; Maggiolo, copropietario del puesto de centrodelantero (con Lazzaro); Galván, pieza clave del campeón del Apertura 06 y por ahora un repuesto de gran nivel para darle profundidad al ataque.
Al mérito lo potencia la paradoja: la rotación no era deseada, pues las suspensiones y lesiones obligaron a ella.

Así y todo, Estudiantes ganó con autoridad. Se sobrepuso a las bajas. Y al dominio claro de Central en el primer tiempo, en gran parte autoprovocado por un déficit táctico previsible, pues es recurrente la debilidad del mediocampo de Estudiantes cuando sólo tiene tres volantes.
Al cabo de esa primera etapa en la que Central se había adueñado de la pelota y del terreno, con Jesús Méndez como abanderado, pero que no había encontrado su justo premio en el marcador acaso por impericia en el área, Sensini supo encontrar los cambios sin necesidad de mover el banco (aunque tuvo que poner a González por Braña, uno de los mejores, por una inoportuna lesión).

La clave se centraba en el mediocampo. Había que adueñarse de él de una u otra manera. Presionó mejor, más arriba y con un prolijo manejo de la pelota. Pero esa no era por sí la salvación: el Pincha tenía que hacer sentir a sus tres delanteros (ya estaba con tres atrás), con movilidad y profundidad. Y lo hizo con Salgueiro como figura del ataque, hasta ese momento poco asistido y olvidado en el costado derecho.

Pero fue el uruguayo quien con un centro que le dio vergüenza festejar cuando se convirtió en gol confirmó la reacción. Quiso el destino que fuera otro oriental, Juan Manuel Díaz, el que golpeara mortalmente a Central. Fue otro momento clave, dos minutos después de que el Canalla alcanzara el empate con un penalcito de Furchi (Vizcarra convirtió) y no pudo ya sobreponerse.

El tercer grito, el de Piatti, fue útil para que el pibe recobre confianza (tanto que el palo le privó de otro golazo) y Estudiantes regulara energías, tarea imprescindible para encarar su expedición internacional, que al fin y al cabo es la prioridad. Menos mal...

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Bueno, para los que no saven mucho y los nuevos, cuando entran a algunas paginas del menu, le aparesera un texto donde les dira que toda la info estan en la subpaginas.

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